1. La marinera
La belleza del baile nacional de Perú sorprende por la fuerza de su música, las historias que cuentan sus letras y la elegancia con la que las parejas parecieran danzar con el viento.
La principal razón por la que identifica al pueblo peruano, es porque representa el mestizaje entre las culturas indígena, española y negra, tanto en sus instrumentos como en su parte coreográfica. Es tradicional de la costa de Perú, aunque cada región a lo largo del país se diferencia de las demás al darle una característica propia.
La mejor época para disfrutar de la marinera y todo lo que su cultura encierra es durante el mes de enero en la ciudad de Trujillo, en la costa norte del país, cuando se realiza el Concurso Nacional de Marinera desde hace más de 50 años.
2. El huayno
Probablemente, este es el baile más conocido a nivel local e internacional después de la marinera, ya que sus orígenes se remontan a la época en la que los Incas dominaban la mayoría del territorio.
Es una danza andina que se ha venido modificando con el paso de los siglos, adoptando instrumentos como el violín o la mandolina, y manteniendo otros tradicionales como la quena o el charango. El huayno es el baile que predomina durante las fiestas de los pueblos de los Andes peruanos, pero al ser un género musical movido y alegre, en estos destinos puede encontrar lugares para escuchar y aprender a bailar huayno en casi cualquier época del año.
Se baila en pareja, con poco contacto físico y, como en la mayoría de danzas antiguas, la falda o pollera es una prenda fundamental para que las mujeres demuestren su femineidad y habilidades, así como los hombres lo hacen con el sombrero. El zapateo constante también está presente y verlo en vivo seguramente le dejará boquiabierto.
3. Danza de las tijeras
Esta particular danza, que puede parecer bastante graciosa y rara por la mezcla de instrumentos, ritmos y pasos de baile, es originaria de la región de Ayacucho y es interpretada con violín y arpa.
Frente a los músicos los bailarines danzan utilizando sus pies más que nada, y dando entre tocando tijeras que llevan en sus manos. Están vestidos de gala, ya que históricamente esta fue el baile tradicional “tusuk laykas”, como se denominaba a los sacerdotes, brujos y curanderos de la época prehispánica. Es tan elaborada su coreografía, que durante una época los colonos la llamaron la danza del diablo, manifestando que esas habilidades solo se obtenían a través de un pacto con el mundo oscuro.
En la actualidad es Patrimonio Cultural Inmaterial y todavía se baila en las diferentes fiestas y ceremonias de la zona, sobre todo en las celebraciones agrícolas y religiosas. Si quiere disfrutar de este hermoso espectáculo, la época navideña es una buena oportunidad para hacerlo.